Lo has intentado todo: el chantaje, la súplica, las nuggets de pollo con forma de dinosaurio. Y aún así, tu niño no come.

No estás solo. Los niños pequeños son conocidos por su selectividad cuando se trata de comida.

Si bien puedes pensar que estás solo en la lucha pero muchos padres tienen el mismo problema.

De hecho, los estudios han encontrado que hasta el 50% de los padres consideran que sus hijos en edad preescolar son quisquillosos con la comida.

Tratar con niños que son quisquillosos puede ser frustrante, especialmente cuando no está seguro de las formas efectivas y seguras de ampliar las preferencias alimentarias de tu hijo.

Además, los niños que se limitan a unos pocos alimentos corren el riesgo de no obtener la cantidad y variedad de nutrientes adecuada que sus cuerpos en crecimiento necesitan para prosperar.

Si bien comer selectivamente (o incluso una pausa temporal por comer por completo) generalmente no es motivo de preocupación, hay momentos en que es mejor obtener ayuda profesional.

Cuando llamar al doctor

Si bien la alimentación selectiva es una fase normal para la mayoría de los niños pequeños, definitivamente hay un momento y un lugar para llamar al médico.

Tu pediatra puede descartar o diagnosticar posibles causas subyacentes para que tu pequeño no coma, como trastornos gastrointestinales, problemas para tragar, estreñimiento, sensibilidades alimentarias o autismo.

Busca ayuda de tu médico, nutricionista o pediatra cuando tu hijo:

• Acepta menos de 20 alimentos
• Está perdiendo peso
• No le gusta o rechaza grupos enteros de alimentos (granos, lácteos, proteínas, etc.)
• Pasa varios días sin comer en absoluto
• Requiere una comida diferente del resto de la familia
• Está ansioso en situaciones sociales debido a la comida
• Tiene una respuesta emocional dramática a los alimentos que no le gustan, como gritar, huir o arrojar objetos

Rol de los padres en la alimentación de sus hijos

• Haga la misma comida o merienda para todos.

• Trate de proporcionar comidas balanceadas con alimentos de la mayoría de los grupos de alimentos y refrigerios que incluyan al menos dos grupos de alimentos.

• Al presentar una nueva comida, ofrézcala con una comida familiar.

• Ofrece 3 comidas principales y 2-3 meriendas por día, separadas por 2-3 horas.

• Ofrece solo agua en el medio. Esto ayudará a los niños a tener apetito por las comidas y meriendas.

• Reúne a todos para compartir una comida o merienda.

La buena noticia es que hay muchas formas basadas en la evidencia para convencer a su hijo de probar, aceptar e incluso disfrutar de nuevos alimentos. ¿cómo puedes abordar mejor el problema de un niño que no quiere comer?

Tips

1. Predicar con el ejemplo

Como padre, tu eres el modelo a seguir más importante de tu hijo, especialmente cuando se trata de tomar decisiones saludables. Si comes sano y pruebas nuevos alimentos, tu hijo también lo hará.

• Abastecerse de opciones saludables
• Compra muchas frutas, verduras, granos integrales y productos lácteos bajos en grasa.
• Mantenlos alimentos saludables donde sean fáciles de ver para tus hijos.

3. Limita la comida chatarra en tu hogar

• Limita la cantidad de alimentos con alto contenido de grasa y azúcar agregada que traes a tu hogar.
• Tu hijo no elegirá comida chatarra si no está cerca.

4. No lo fuerces

Obligar a tu hijo a comer ciertos alimentos solo le causará estrés a ambos.

• Sirve algunas frutas y verduras a la hora de las comidas. Deja que tus hijos encuentren los alimentos que les gustan.
• Anima a tus hijos a probar todo lo que sirves.
• Establece una “regla de un bocado”: los niños deben probar al menos un bocado de cada comida en su plato. Eso si ten paciencia, probablemente no cumplirá la regla las primeras veces.

5. Prueba nuevos alimentos

• Prueba diferentes texturas y sabores para ayudar a tus hijos a encontrar los alimentos que les gustan.
• En lugar de manzana en rodajas, prueba el aguacate en rodajas o el kiwi en rodajas.
• En lugar de palitos de zanahoria, prueba las arvejas, los pimentones en rodajas o los pepinos.

6. Se creativo

• Agrega frutas y verduras a los alimentos que ya les gustan a sus hijos.
• Mezcla arándanos y avena en panqueques.
• Agrega fruta en rodajas a su cereal favorito
• Sirve vegetales desmenuzados sobre arroz o pasta integral.
• Prepara batidos con fresas frescas o congeladas, una banana y yogurt.

7. Has que la comida saludable sea divertida de comer

• Corta pollo al horno, queso y las verduras en trozos pequeños. Deja que los niños sumerjan estas piezas en salsas para mojar. Prueba con hummus, aderezo ranch bajo en grasa, ketchup, y mostaza
• Corta los emparedados en formas divertidas.
• Dale  a tus hijos los ingredientes para “construir” su propio taco o pizza saludable.
• Deja que los niños ayuden con las comidas y los refrigerios
• Es más probable que los niños coman alimentos que ayudan a preparar.
• Has que tus hijos preparen comidas y meriendas en familia. Deja que te ayuden
• Que haga la lista de compras;
• Que elija comida en el supermercado; y
• Rebane, mezcle, hornee o cocine la comida.

Tus hijos se divertirán y aprenderán sobre alimentación saludable.

8. Usa técnicas de alimentación consciente

• Los niños deciden si van a comer.
• El apetito de los niños varía.
• No siempre pueden comer en cada comida o merienda.
• Podemos confiar en que saben cuánto comer
• Hacer que tu hijo sea consciente y preste atención a la sensación de hambre y saciedad puede llevar a cambios positivos en el.
• En lugar de rogarle a un niño que coma un poco más, pregúntale cómo se siente. Preguntas como “¿Tiene tu barriga espacio para otra cucharada?” o “¿Te sabe delicioso?” brinda la perspectiva del niño sobre lo hambriento que está y cómo está experimentando la comida.

También permite que los niños se sintonicen más con la sensacion de hambre y saciedad.

Respeta que tu hijo tiene un punto de saciedad y no lo alientes a comer más allá de ese punto.

PREGUNTAS COMUNES Y RESPUESTAS

1. Si come muy poco de su comida, ¿debería comer postre?

El postre no debe usarse como un incentivo para que los niños terminen sus comidas; Esto podría hacer que los niños coman más de lo que tienen antojo.

Si planeas ofrecer un postre, ofrécelo a todos. Puedes ofrecerlo al mismo tiempo que la comida aunque es mejor al final.

Los postres hechos con alimentos como frutas, lácteos, huevos o granos enteros pueden ser nutritivos.

2. ¡Si lo dejo comer a su manera, todo lo que comería seria comida chatarra!

¡Afortunadamente, los adultos están a cargo del menú! Está bien incluir algunas comidas menos nutritivas a veces; Ofrézcalos como parte de las comidas y meriendas planificadas.

Trata estos alimentos de la misma manera que lo harías con otros alimentos, lo que ayuda a que sean menos “un regalo” para los niños.

3. De repente ha dejado de comer carne. ¿Qué debo hacer?”

Sigue ofreciéndole carne si es parte de las comidas, sin presión. Hay otros alimentos que ofrecen nutrientes similares a la carne, como huevos, pescado, aves, frijoles, garbanzos, tofu, lentejas y mantequilla de maní. Ofrece algunos de estos alimentos como parte de otras comidas y refrigerios.